Gracias, Subdelegación del Gobierno en Ávila.
Como sabéis, este año está habiendo más problemas de los habituales en la llegada de los niños y niñas saharauis del programa Vacaciones en Paz 2.007. Aún no hemos conseguido averiguar a qué es debido. Desde los Campamentos nos echan la culpa a los españoles pero nosotros sabemos que hemos dado todos los pasos burocráticos adecuados y nos tememos otros motivos extraños al programa como, por ejemplo, rencillas personales que terminan pagando sus niños y sus familias y, de rebote, las familias españolas de acogida. Sabemos que las madres saharauis están enfadadísimas con lo que están viendo en los Campamentos y los inexplicables cambios de última hora y los niños que vienen sin deber venir y los que no vienen estando en las listas desde el mes de febrero y los reclamados comprometidos que ahora no sabemos por dónde ni cuándo vendrán. Algunos dirigentes saharauis no parecen, además, apreciar lo más mínimo nuestros esfuerzos, gastos, trabajos y disgustos por sacar adelante un programa tan importante para ellos. Otros dirigentes saharauis sí que lo aprecian y se echan las manos a la cabeza de la desorganización y los errores involuntarios o intencionados (nosotros no sabemos de qué tipo son) que se están dando. En fin, a ver en qué termina todo.
Pero, mientras descubrimos a qué se debe tanto caos, lo que sí queremos desde Ávila es agradecer a la Subdelegación del Gobierno en Ávila y a todos sus funcionarios, con el Subdelegado Cesar Martín Montero a la cabeza, la atención, el cariño y la eficiencia con la que nos tratan y nos agilizan y solucionan los trámites legales. Eso es innegable, lo hemos comprobado personalmente y tenemos que decirlo con toda claridad y orgullo: Gracias Cesar, gracias Sonsoles y gracias a todos los que hacéis la burocracia mucho más humana y cercana a los ciudadanos, que es como debe de ser. Muchas gracias.
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